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En un momento en que la inflación de alimentos estaba cediendo, pues cerró 2023 en un 5%, es decir, 4,8 puntos porcentuales por debajo del total nacional (9,8%), genera preocupación que la intensidad de la sequía y la falta de agua en algunas zonas del país afecten las cosechas y, por lo tanto, la oferta y los precios de los alimentos.
Sin embargo, mientras diferentes gremios han alertado sobre los posibles riesgos, el Ministerio de Agricultura aseguró que las condiciones climáticas actuales no afectarían en mayor medida la oferta en los siguientes meses.
En este sentido, la ministra Jhenifer Mojica, desmintió la existencia de un supuesto desabastecimiento de alimentos y expresó que, incluso, hay sobrecosecha de varios productos, hecho que abarata el precio al consumidor. Esto, continuó, se debería a que parte de la oferta proviene de los cultivos instalados en invernaderos, por lo que las condiciones climáticas actuales no afectarían en mayor medida la oferta en los siguientes meses.
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“Todavía tenemos un parte de tranquilidad. Instalamos un Puesto de Mando Unificado desde la semana pasada y hasta la fecha no se han presentado grandes pérdidas ni riesgos de desabastecimiento de alimentos, ni alzas en los costos que sean justificadas por los efectos de El Niño”, enfatizó Mojica.
Desde el MinAgricultura explicaron que durante enero se registró una caída en los precios mayoristas de alimentos esenciales para la canasta familiar colombiana, destacando que grupos de verduras, frutas y leguminosas presentaron una variación a la baja.
¿Qué dicen los agricultores?
Pese al parte de tranquilidad que dio la ministra de Agrocultura, los productores y gremios del sector se muestran preocupados.
Uno de ellos son los paperos. Sergio Martínez, representante de Fedepapa Antioquia y gerente de la Cooperativa Multiactiva Agropecuaria de La Unión (CoagroUnión), manifestó que las actuales condiciones climáticas les ha provocado a los paperos pérdidas por disminución en los rendimientos del cultivo, así como el deterioro de la calidad del tubérculo por las afectaciones causadas por plagas como la “tecia solanivora” o “polilla guatemalteca”.
“Si se sigue el verano, vemos un panorama muy preocupante, ya que la polilla guatemalteca con el verano se dispara y los rendimientos caen, algunos hasta un 100%”, señaló Martínez.
Y agregó que las condiciones topográficas de Antioquia, y las fuentes de agua disminuidas, no permiten tener una cultura de riego para los cultivos.
Otro sector que ha enviado señales de alerta es el lechero. Según Felipe Pinilla, presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Productores de Leche (Analac), en años en que el Fenómeno de El Niño no es tan fuerte, la producción de leche puede tener una reducción de 2%, pero cuando las temperaturas son mucho más elevadas, la caída puede llegar hasta 9%.
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La situación del sector ganadero también sería crítica. Desde la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán) indicaron que entre el 1° de diciembre de 2023 y el 15 de enero de 2024 han muerto cerca de 9.000 bovinos en diversas regiones y se han generado pérdidas por $122.400 millones.
Frente a todo lo anterior, el presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), Jorge Bedoya, afirmó en entrevista con RCN Radio que, efectivamente, las altas temperaturas podrían afectar la cantidad de productos sembrados en el país.
En algunos casos, dijo, ya se han tenido que reducir las densidades del número de alevinos, porque el proceso de oxigenación se puede llegar a complicar por el calor.
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El dirigente de la SAC hizo énfasis en que se necesita un incremento en el presupuesto destinado desde el Gobierno Nacional para el aseguramiento de las cosechas, e incluso un subsidio a la tasa de interés para los productores que se encuentran en riesgo de perderla.
Esto, puesto que los recursos que se tenían disponibles para apoyar a los productores en el Fenómeno de El Niño, según Bedoya, ya se agotaron.
“El Gobierno ha hecho un esfuerzo importante, pero no es suficiente. Para este año ha destinado $150.000 millones para los subsidios a las primas de seguros de pequeños y medianos productores, eso alcanza para cubrir aproximadamente unas 260.000 o 270.000 hectáreas de cultivos, y nuestro país tiene una frontera agrícola de 43 millones de hectáreas”, anotó.